Preguntas Frecuentes sobre la Serie Filadelfia (Pearson)
¿Se puede usar la propuesta en educación especial? Sí. Esta metodología ha sido empleada para enseñar a leer a miles de niños y adultos con lesión cerebral en diferentes países alrededor del mundo. Sin embargo, existen algunas consideraciones importantes: El programa original contemplaba a los padres como los maestros de los niños, con atención uno a uno. Además, los niños con necesidades educativas especiales requeren mayor duración, intensidad y frecuencia en los estímulos para lograr los objetivos. Es necesario considerar también que los niños requieren cierto nivel neurológico para iniciar un programa de lectura, escritura o conocimientos enciclopédicos. Específicamente nos referimos a ciertos prerrequisitos sensoriales, en visión y audición.
El programa -principalmente el de lectura y conocimientos enciclopédicos- puede ser especialmente benéfico para niños con diagnósticos como hiperactividad, TDA, dislexia y retraso en el desarrollo, entre otros. También es posible utilizarlo para niños con trastornos del espectro autista, síndrome de Down y parálisis cerebral. El programa de escritura y las actividades que requieran destreza manual tienen como prerrequisito cierto nivel mínimo de funcionalidad motriz. En todo caso, es muy posible que se requieran adaptaciones especiales en el aula o el hogar para usar estos materiales con niños con NEE. Así mismo, los niños podrán beneficiarse aún más si se hace un programa integral de reorganización neurológica. Recomendamos a padres y maestros la lectura del libro “Qué hacer por su hijo con lesión cerebral”, de Glenn Doman.
Algunos "prerrequisitos" para iniciar un programa de lectura Filadelfia: * El niño (o joven) con NEE, deberá tener la capacidad visual suficiente para recibir los estímulos. Un niño tiene esta capacidad si puede reconocer objetos familiares alrededor de él dentro de un radio de 3mts. Por ejemplo, es capaz de reconocer un juguete favorito, el rostro de su maestra, una mascota, un plato de comida, etc. Esto sin pistas auditivas (sin que la maestra le hable, sin que el perrito ladre). * Deberá tener una capacidad auditiva y de entendimiento suficientes para el programa. En este caso, el niño puede reconocer auditivamente el vocabulario cercano a su entorno, palabras familiares, y saber lo que significan. El niño puede comprender instrucciones (no necesariamente llevarlas a cabo). No es indispensable que el niño hable, en este caso su vocabulario receptivo es el más importante.
Algunos "prerrequisitos" para usar los libros de escritura y cultura general: * Los anteriores mencionados, y * La capacidad manual suficiente para hacer trazos sencillos y dibujos. Por lo general, un niño que puede sujetar y manipular objetos y hacer un uso aunque sea rudimentario de herramientas (por ejemplo, los cubiertos para comer, las tijeras para hacer cortes rectos) puede comenzar a hacer trazos y dibujos. Es importante resaltar que los niños con necesidades educativas especiales necesitarán un seguimiento mas cercano por parte de sus maestros. También recomendaríamos a los maestros el curso en línea "Desarrollo neuromotor", para conocer las actividades que pueden promover un mejor desempeño de los niños en esta área, así como conocer la importancia de la oxigenación para el cerebro, el gateo y el arrastre para la organización neurológica y la convergencia visual, el programa de balance para desarrollar las áreas integradoras del cerebro. El programa tiene mejores resultados cuando se aplica de manera integral, abarcando áreas más amplias, más allá de lo intelectual.
Aquí puedes ver la grabación de un webinar donde Elisa responde a preguntas frecuentes sobre la propuesta Filadelfia en Preescolar:
¿Realmente se inicia el programa de aprendizaje de la lectura a los 3 años? ¿No significa esto presionar a los niños? Los niños pequeños son genios lingüísticos. La lectura es lenguaje, sólo que llega al cerebro a través de un canal sensorial diferente (visual) al que utiliza el lenguaje oral (auditivo). Sin embargo, en ambos casos es el cerebro quien realiza el procesamiento y asimilación de los estímulos. Esto no quiere decir que los niños estarán leyendo el Quijote de la Mancha antes de llegar a su cuarto cumpleaños (tampoco presentarían una conferencia en esta edad). No se trata tampoco de “adelantar” el proceso tradicional de lectura y escritura para presentarlo “antes de tiempo”. Se trata de emplear una metodología completamente diferente, consistente con la manera natural como el niño aprende el lenguaje, aprovechando su potencial neurobiológico sin violentarlo ni presionarlo. La propuesta no pretende abandonar el juego en favor de actividades “académicas” rígidas y acartonadas. Por el contrario, es posible leer y jugar, leer y disfrutar, leer y seguir siendo niño. Te recomendamos leer el artículo “Déjenlos Jugar: Reflexiones sobre lectura temprana”. Tambien te recomendamos el video: ¿Aprendizaje o Educación? Mitos sobre lectura temprana:
¿Existe investigación científica que avale la factibilidad del método? Sí, aunque desafortunadamente aún es poca (esperamos cambiar las cosas, en parte, con este proyecto). Existe, además, una gran cantidad de “evidencia anecdótica”, que si bien no es comparable con investigaciones que sigan un protocolo científico riguroso, ilustran de manera vehemente las experiencias de miles de padres y maestros que han enseñado a leer a sus niños y han despertado su curiosidad por las diferentes culturas del mundo y las obras maestras del arte y la música de todos los tiempos. Un artículo que aborda algunas de las investigaciones que se han realizado al respecto de la lectura temrpana y/o la metodología Doman es Lectura Temprana y Comprensión Lectora: ¿Relación imposible?
¿Qué pasa con los niños que no llevaron el proceso desde primer grado de preescolar con esta metodología? Por ejemplo, los niños que en tercer grado inician con el sistema. ¿De todos modos aprenden a leer? La propuesta contempla que los niños terminen el tercer grado de preescolar (incluso antes) leyendo y escribiendo. Si bien ninguna metodología puede garantizar que todos lo harán, esta propuesta ha resultado especialmente efectiva con niños con necesidades educativas especiales, con mayor razón en niños sin problemas aparentes. Aún los niños que no llevaron la metodología desde el primer grado pueden beneficiarse de la propuesta y aprender a leer de manera fácil, divertida y gozosa. Podrás observar resultados de la aplicación del programa desde el primer año. Sin embargo, cuanto más tiempo pasa, mejores irán siendo los resultados. Si apuestas por este programa y le das tres años (de manera que se cubra toda la educación preescolar de los niños que inician el primer grado en este ciclo) creemos que no querrás dejarlo nunca.